En el vallenato es común que en medio de las canciones se pongan nombres de distintas personalidades, amigos o de otros que pagan por aparecer allí.
Pedro Muriel González gozaba y lo continúa haciendo de gran popularidad entre directores, programadores, periodistas y el público en general.
Un día lo llamaron de Paraguay. Le comentaron que montarían un conjunto vallenato y que el nombre que llevaría sería el de “La gente de Pedro Muriel”. El hijo de Amagá soltó una carcajada y no daba crédito a la insólita petición. Hasta dónde había llegado aquel pregón, que, incluso, en lejanas tierras del sur del continente unos músicos pensaran en organizar un grupo y ponerle su nombre.
“Mire don Pedro, le dijo el empresario. Usted no tendrá problemas legales acá, ni de representación, simplemente deseamos hacer un homenaje a quien tanto le ha dado al vallenato”, dijo el empresario.
Pedro aceptó sin miramientos y comentó en su casa, a la hora del almuerzo, la insólita noticia. Les pareció curioso el hecho y su esposa simplemente le dijo: “¿y ahora qué haremos con este personaje famoso en Paraguay?”.
La gente de Pedro Muriel comenzó a trabajar en Paraguay, Uruguay, sur del Brasil y norte de Argentina. Pronto la popularidad creció e incluso, contrataron al acordeonero Ramiro Colmenares –de Los Embajadores Vallenatos—y al cantante David Cuadros para las giras internacionales.
Un hecho opacó la situación de La Gente de Pedro Muriel. Serían las 6 y 30 de la mañana de este 17 de septiembre, cuando repicó una y otra vez el celular del Pedro Muriel, el grabador de vallenatos de Discos Fuentes. No identificó los números, pero contestó. Le informaban que uno de sus músicos, el acordeonero Ramiro Colmenares había fallecido víctima de un ataque cardíaco en horas de la noche en un hotel en Paraguay.
“Fue muy triste recibir esa noticia. Ramiro fue un gran amigo y no estoy preparado para avisar a la familia sobre el fallecimiento de una persona. Lo único que me incomodó es que, a los muchachos, a David Cuadros, el cantante, les exigieron que hicieran la gira. Yo hablé con David y le dije: “nosotros los músicos somos como los payasos, reímos por fuera, pero lloramos por dentro”.
La gira del Grupo de Pedro Muriel siguió por Paraguay, Uruguay y sur de Brasil.